"Es que el profesor me tiene manía" es la típica frase que alguna vez hemos dicho cuando un profesor o profesora no ns cae bien y es fruto de la inmadurez, de no reconocer que probablemente seamos nosotros el problema o de no darnos cuenta de que tenemos que ajustarnos a veces a la manera de enseñar de ciertos profesores. De todas formas, uno es lo suficientemente coherente como para darse cuenta de que los profesores desempeñan una función muy importante en nuestras vidas. Pocas veces nos planteamos que ellos también son personas y personas maravillosas además. A pesar de siempre intento tratar los temas de mis entradas de manera general, sin especificar mucho, me siento obligado ahora a destacar a algunos profesores que me han enseñado algo más a parte de la asignatura que daban. Demos un salto en el tiempo... Fernanda. Fue mi profesora de matemáticas en tercero y me enseñó lo que significaba estar motivado por algo. Recuerdo que me quedé a las puertas del diez por un detalle insignificante y a partir de ahí, me propuse sacarle en el siguiente examen un diez. Cuando le decía eso me miraba como diciendo "No creo que seas capaz", pero ella sabía que sí y así fue. No vaciló en decirme que le daba mucha lástima mi cambio de instituto. Ese mismo año Pilar Vilda, profesora de biología. Era una profesora de esas que se te quedan en el recuerdo para siempre. Tenía un carácter fuerte y aunque tuviera un tamaño reducido, había que pensarse muy bien enfrentarse a ella.Por otra parte adoraba sus clases, eran un reflejo del amor que sentía por la biología, rebosaba energía, era lo que se conoce por " un manojo de nervios". Recuerdo cuando se montó en una silla para dibujar la curva que hace la arteria Aorta al salir del corazón. Luego llegaron cambios. Otro nuevo instituto me recibía. En él cuajaron mis sentimientos más nobles, en él conocí verdaderamente la importancia de estudiar. En él conocí a Margarita. A decir verdad Margarita no es la típica profesora extrovertida, que todo el mundo recuerda por su gracia y desparpajo. Ella es sencilla,, humilde, tímida y muy muy profesional. Es una mujer muy organizada. Con ella también me propuse llega al diez y acrecentó mi amor por la biología. Sé que me tiene mucho cariño, a principio de este curso me recordó unas cuantas de veces que había cogido este primero de bachillerato principalmente porque yo se lo había pedido. Y sé que cuando lanza una pregunta a la clase tiene la seguridad de que probablemente yo sé contestarla, evidentemente a veces le fallo. Confía en mi. ¿Toca ahora habar de un hombre no? Son pocos los hombres profesores que yo destacaría, sin embargo, en 4º, mi tropiezo en el primer trimestre con una asignatura de letras hizo que conociera a Juan Luis. La gente me hablaba de Juan Luis como un un hombre serio, que merodeaba por los cuartos de baños y cogía a los niños fumando. Desgraciadamente disfruté de sus clases, sólo dos trimestres, pues en el primero los problemas me invadían la cabeza y fue Sociales de las primeras asignaturas que "abandoné". Después recuperé el ritmo y de un 2 pasé a un ocho. Juan Luis, no fue nuestro tutor, pero nos ayudó con cualquier problema que la clase tuviera. Estaba muy contento con nosotros y nosotros con él. El día de la graduación la mayor parte de los diplomas los dio él. Pilar Izquierdo, fue la profesora de matemáticas en cuarto y lo ha vuelto a ser en bachillerato. Es una mujer alocada y olvidadiza, algunos dicen que está un poco loca, incluso ella misma lo dice, pero unas cuantas conversaciones con ella me han demostrado que a pesar de esa despreocupación aparente que refleja,es una personas con las cosas muy claras. Recuerdo cuando no encontraba las llaves de la taquilla y es que se le habían quedado pegadas en el imán de una calculadora que llevaba en el bolso. Y este año, que todavía no ha acabado, he podido conocer a otras dos mujeres maravillosas y aun hombre muy polifacético. Una es Adela, mi profesora de inglés. También es pequeñita como Pilar Vilda, le encanta hablar de fonética y tiene mucho afán en que aprendamos inglés y en que no seamos vagos.Se le ve una mujer trabajadora y sencilla y tiene ese desparpajo que caracteriza a los andaluces. Leer mucho inglés, ese es su lema. Destaco también a Silvia, ella imparte las clases de filosofía. Tiene un carácter que a mucha gente le echa para atrás. Sus palabras junto con su mirada fija, inamovible y penetrante, pueden hacer que te llenes de gozo cuando exalte una de tus contestaciones y puede dejarte en pañales como se te ocurra manifestar alguna falta de respeto o te atrevas a ser osado. A veces acojona, pero es magnífica. Y por último Mario Benicio, es mi profesor de lengua. Es un hombre muy simpático. Sus clases son divertidas y es muy explicito. Recuerdo cuando criticaba a todo aquel que decía haber escuchado a un bebé decir mamá o papá. Ponía caras de asco haciendo referencia a que era imposible que un niño dijera papá o mamá ya que su aparato fonador no está desarrollado para eso. También es un hombre muy sensible, a veces cuando lee una poesía, se pasa la mano por el brazo con la intención de que los vellos vuelvan a su posición normal y después dice: ¿Qué queréis que haga?...¡No puedo evitarlo!
Me ha encantado escribir esto sobre algunos de los profesores que me han dado clase, me ha resultado muy divertido recordar esos momentos, aunque tengo que decir también que hay una profesora que ha sido, es y será, algo más que una profesora. La que algún día recibirá mis entradas impresas y encuadernadas
a mi también me ha encantado leer alguna de tus anécdotas y meterme en tu papel.
ResponderEliminaryo me quedo con mi profesora de religión de primaria que falleció hace unos meses.
me enseñó a atarme los cordones, y gracias a ella no me he tropezado nunca:)
Un profesor te puede enseñar algo muy importante, a odiar o a que te guste su asignatura.
ResponderEliminarYo también creo que algún que otro profe es más que eso :)
que bonito alvaro! me ha gustado un monton. Yo me quedo con mi Fernanda, es increible esa mujer y creo que sera una de los profesoras que nunca olvidaré ^^
ResponderEliminarSería poco serio elegir a uno de esos profesores de los que hablas, tengo que aceptarlo, tengo a mi padre en un pedestal...
ResponderEliminarAdela es genial, y Mario... me encanta Mario, es dulce sincero y lo dice todo, sea lo que sea!
me ha encantado conocerte este año!!