jueves, 4 de febrero de 2010

Flamenco sin más

Como una piedra negra azabache, embrujo escondido en calles empedradas, gargantas que retumban en majestuosas bodegas, sentimiento puro que brota desde lo mas adentro de unas "centraña(s)".

La madera cruje mientras arde en llamas, el calor que se desprende los corazones amansan. Con una sonrisa en la cara, empiezan a tocar las palmas, y más emoción se advierte cuando "cohe tono una gitana". Los chavales pequeños acuden a la llamada y de la esencia beben, para continuar la rama. De repente se abre el corrillo, alguien baila, el viento retumba, los gorriones se escapan, un desplante bien echao, breves momentos de agitación, y vuelve a reinar la calma. Dulzor en las bocas, se ha apagado la llama.

2 comentarios:

  1. Alvaro que bonito!
    me ha encantao!
    tequiero vida!

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  2. Enter mi lista no escrita de cosas que tengo que hacer entra ir a estallar en emoción a una velada flamenca.
    Gracias por de alguna manera acercarme a ello.
    Me encanta el fondo y la forma de lo que escribes.
    Un besín

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