sábado, 29 de mayo de 2010

Memorias, años y café


Hoy miré al cielo y me gustó lo que vi. Todo mantenía una equilibrada armonía. Las golondrinas hacían peripecias bordeando las esquinas de los edificios, las tórtolas iban de una palmera a otra, los gorriones adornaban el cielo con su diminuto tamaño y sus voces agudas.
Me acordé de aquel día en el que tumbadas sobre el césped,  le inventábamos forma a las nubes. La brisa que hoy corría por las calles era la misma. La misma que mecía las cadenas del columpio que tanto hacía reír a los niños. Pero el tambaleo del columpio no suena igual que antaño, ahora chirría igual que chirrían nuestros huesos. La nieve cubrió nuestras cumbres y dejó atrás el soplo de vida que nos prometimos, los niños ya no ríen en el columpio, ni siquiera el columpio ríe. Se estropeó igual que nos estamos estropeando nosotras. 
Querida, tuvimos las rosas a mano y las arrancamos todas creyendo que así iban a durar más, ahora sólo nos quedan las espinas duras de lo que fue flor encendida. Nuestras manos hablan por nosotras, cada arruga, cada corte... El café de las ocho siempre nos sentará igual de bien, después de todo hay cosas que no cambian.

7 comentarios:

  1. Las espinas son dolorosas pero hay que arrancarlas, no? El café, con su aroma, seguro que siempre nos traerá el recuerdo en su humito...

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  2. Yo también me tumbé a buscarle forma a las nubes, pero donde yo veía ranas, otros veían canguros.

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  3. Hay cosas que no cambias pero cada momento tiene su exclusividad. Simplemente hay que saber leerla

    Saludos

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  4. Hay que agarrar fuertemente con nuestras manos cada ápice de vida que se nos otorga, pero una vez consumida, no debemos dejar pasar nuestro tiempo con su anhelo, debemos tomar una nueva taza de café, y saborear intensamente toda su aroma…

    Bsos

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  5. Me has puesto la piel de gallina. Es un texto perfecto con cada palabra, cada punto y cada coma en su lugar. Mi más sincera enhorabuena por escribir cosas tan bonitas...
    Es cierto que el café de las ocho siempre sabe igual... lo demás, cambia, pero no tiene porque empeorar... creceran nuevas rosas y la lluvia de aquellas nubes que imaginabais hara que los columpios dejen de chirriar y que los niños vuelvan a reír.

    Un beso ENORME

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  6. Es cierto hay cosas que no cambian. Y al café le pasa lo mismo que a la vida... huele mejor que sabe. Aún así la vida vale la pena vivirla y el café de las 08.00 de la mañana hay que tomarlo

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  7. Álvaro… la llama de vida como la golondrina se debe buscar hacer su nido en la primavera…resguardarla de las tormentas…sacarla a cantar en la rama como los gorriones…atrapar el niño para que como rio de agua fresca nos transite el corazón… con sus risas traviesas que juegan a desafiarnos…aunque el invierno nos acose…es nuestro mayor tesoro …un deleite pasar no solo a leerte que ya es una maravillosa bendición sino a percibir tus sentimientos que engalanan todo el blog …un beso

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