Las turbulentas aguas que a ambas rodeaban hace tiempo se volvieron de un momento a otro cistalinas y mansas. Gozaban de la etapa de su relación: compenetración 100%; confianza; amistad; tiempo para ellas... Pero el verano traía consigo una sorpresa, la cual iba a ser - para una - una experiencia maravillosa y para otra una lucha contra la ausencia en el día a día.
Acostrumbadas a verse todos los días, a convivir, a disfrutar cada una de la otra, ahora debían separarse y esperar. Unos cuantos de kilómetros la separaban, pero su fuerte vínculo atravesaba mar y tierra y sus mentes no dejaban de pensar la una en la otra. Tanto es así que era irremediable a veces que la lágrima escapara cuando la aplastante realidad se cernía sobre el anhelo de verla por Jerez. Un casco blanco; el cigarro de después de comer; el beso de antes de despedirse. Más que unidas estaban fusionadas. Por ello cualquier vivencia la una sin la otra parecía quedar a la mitad.
Pero los segundos marchan, y con ellos los días - los 16 que quedaban - pasarán hasta que las dos os veáis de nuevo, os abracéis fuerte y os digaís: te he echado de menos.
sábado, 13 de agosto de 2011
domingo, 7 de agosto de 2011
Vamos a ver
Interesado notablemente en imprimir este blog - ya está todo organizado y estructurado -, me dispuse a acercarme a una copistería para que me hicieran el presupuesto, aunque fuese aproximado, de lo que me pudiera costar dicho capricho. De este modo el cospistero...-digamos mejor: el dependiente del lugar - comenzó a apuntar en una hoja, que estimo no sería más de un cuarto de folio, las características de mi encomienda: "79 páginas; color; encuadernado; 120 gr. (folio)" El resultado de todo sumó la curiosa cantidad de 30€ (redondeando). Afortunadamente no llevaba dinero suficiente para pagarlo. Y digo afortunadamente porque al salir de la copistería me llamó la atención el último dato.
Mi idea era que la impresión quedara por ambas partes del folio, pero el inconveniente es que, debido a las fotos acompanando los textos, corría el riesgo de que se transparentase. Por ello, pensé, y comenté, que alomejor unos folios de más grosor fuera más indicado- cosa que supongo él habría pensado ya -.Hasta ahí bien, pero... ¿Cuánto grosor, aproximadamente, sería necesario para que en la impresión de un folio por las dos caras no se transparente la una en la otra? Creo que he de informarme sobre ello, porque 120gr. me parecen excesivos. Quizás uno de 100 abarataría el proyecto. ¡Bueno! Proyecto no, que ya llamé proyecto a algo y salió cómo salió.
Torcuato Luca de Tena Los renglones torcidos de dios: ¿Cómo sacrificar el "hoy", ¡que es aún remediable!, a un tiempo ido, que es irremediable ya?
Mi idea era que la impresión quedara por ambas partes del folio, pero el inconveniente es que, debido a las fotos acompanando los textos, corría el riesgo de que se transparentase. Por ello, pensé, y comenté, que alomejor unos folios de más grosor fuera más indicado- cosa que supongo él habría pensado ya -.Hasta ahí bien, pero... ¿Cuánto grosor, aproximadamente, sería necesario para que en la impresión de un folio por las dos caras no se transparente la una en la otra? Creo que he de informarme sobre ello, porque 120gr. me parecen excesivos. Quizás uno de 100 abarataría el proyecto. ¡Bueno! Proyecto no, que ya llamé proyecto a algo y salió cómo salió.
Torcuato Luca de Tena Los renglones torcidos de dios: ¿Cómo sacrificar el "hoy", ¡que es aún remediable!, a un tiempo ido, que es irremediable ya?
martes, 2 de agosto de 2011
Paraíso
3:25 de la madrugada: haciendo repaso de lo escrito en este blog, repasando faltas de ortografía que tendré que corregir cuando lo vaya a imprimir. Esta supuesta impresión iba tener lugar en el pasado mes de diciembre pero no llegó a realizarse. ¿El motivo? como siempre: la desgana. También la utópica pretensión de querer dar al blog un sentido completo y un final redondo, que diése explicación a ciertas cosas y que sirviera un poco de conclusión. Pero mi vida sigue y con ella el blog. Quizás sea por eso por lo que no soy capaz de hacer eso que me propuse. Son ya 109 las entradas publicadas, soy ya algo que se va alejando de lo que en un primer día fue. Pienso que es hora de fragmentar mi producción y hacerla real, aún más de lo que es. Si esa horrible desgana que a veces me carcome se disipa por unos instantes, todos los cero y unos que he ido guardando aquí se volverán letras impresas, con el papel como fiel testigo de todo lo que a mi cabeza se le ha ocurrido. Así podré ofrecer a quien le importo el pedazo de mi que abarca desde los 16 hasta los 18. Mis padres me conocerán un poco más a fondo y tendré en mis manos el laborioso lugar que he creado y al que quise llamar en su día: Paraíso.
A una que se va
No me habia parado a pensar en el poco tiempo que nos queda "juntos". Y no voy a decir que juntos estaremos siempre porque supondría escupir sobre la evidencia pura: el agua se evapora, la roca dura de la montañana termina siendo arena fina de la playa, los caminos se disocian en un determinado punto. Mas mi memoria - sí, esa que en ocasiones falla tanto - se encargará de recordar todo hasta ese punto. Mientras tanto seguiré viviendo, quizás algo extresado y anhelante de tener una conversación metafísica en la que desahogar el intelecto o me iré a cualquier parque que esté dotado de buen césped a simplemente recordar. Recordar lo perturbador que puede ser apoyarse en una columna o que a Peter le hacían muy feliz las tortitas; recordar lo peligroso que puede ser para el colesterol asistir a la ópera de Carmen o los insultos que me lanzabas sin dudarlo cuando te arreglaba las rastas. Pero basta ya de recordar y recordar: vivamos el tiempo que nos queda juntos cargando ese baúl que llenas de tantas cosas distintas. Eres especial.
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