Mi sospecha, si verdaderamente se le puede considerar eso,
se ha volatilizado. Una de mis entradas se esfumó de buenas a primeras de mi
blog: la que más me costó escribirla, posiblemente una de las más importantes,
y seguro que la más incompleta. Lo más coherente sería creer que yo, en un
momento dado, decidiera que esa entrada no debiera estar ahí, por lo imprecisa
que resulto ser, pero no lo recuerdo – lo cual me es bastante difícil de creer
puesto que tanto el hecho de escribirla como el hecho de, en algún momento
eliminarla, no vendría desencadenado por la histeria o el arrepentimiento, sino
que, en tal caso, sucedería después de un gran debate interno. Y evidentemente
la envergadura de ese debate, que cada día me he hecho, no es despreciable para
que de un momento a otro se me olvide –. Aun habiendo desaparecido – o yo
habiéndola borrado – conforme me quedo, pues no creo que fuese ni el momento,
ni la forma, ni lo dicho. Y visto así, tampoco es ahora la forma, pero bien es
sabido por todos que escribir es mucho menos difícil que hablar: y hablar hay
que hablar. Por ello voy a aprovechar hoy las letras para pedirte que
establezcamos sonidos, y que éstos queden sólo para nosotros… como siempre,
aunque esa palabra represente toda la utopía que un día nos maravillaba, pues
nadie nos va a mantener el siempre. Aunque pueda parecer manido y desesperado:
pienso que todavía se puede, por lo menos, hablar. Que el tiempo pasa y sana, y
ésta vez no quiero que me sane el tiempo.
La palabra, la voz, el sonido o lo escrito siempre están a tiempo de ser balsamo a las heridas. Que pronto escudhes y digas esas palabras y sean una carica en cualquier herida del alma
ResponderEliminarQué razón tienes: Escribir es mucho menos difícil que hablar, pero es un gran paso en la asimilación de cosas que no nos atrevemos a asumir y a decir directamente. Una vez escritas, una vez admitidos los hechos y ordenados en una secuencia, todo está más organizado para verbalizar.
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