
De la manera que fuese, el desencadenante de todo volver a atrás en el tiempo es el mismo: llanto. En el salón, el gesto que le delata la imninente afluencia de líquido ocular es inclinar ligeramente la cabeza hacia el brazo derecho de la butaca y llevarse el dedo índice un poco más arriba de la ceja. Si por el contrario está de pie, lo primero que hace "antes de", es quitarse las gafas. Sí, lo cierto es que el hombre es emotivo.
Uno de los aspectos que cada vez valoro más de mi padre es el afán de superación - una de las cualidades que Nietzsche atribuía a su "superhombre" - más lejos de que mi padre se acerque lo más mínimo a ese concepto, me veo en la obligación de: quitarme el sombrero, decirle ole, ole y ole, de gritar tres hurras por él.. y de aplaudirte incansablemente papá.
¿Qué más decir tiene? ¿Cómo ha de ser un padre para que su hijo, a la edad de once años, vea en él, y en su madre evidentemente, la seguridad y la confianza suficiente como para confesarle lo que él era? Lo mejor es que todo ha servido para que YO en todo momento sea YO, cosa que él valora mucho.
Nunca jamás se me olvidará que mi propia libertad, cosa que valoro mucho YO, empezó siendo un regalo que me dieron mis padres: mi vida.
Me parece uno de los mayores aciertos que pudiste acometer en la vida. Agradece ahora que estás a tiempo, luego, quizá sea tarde... Un abrazo.
ResponderEliminarComo bien entenderás estas cosas me emocionan...
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