domingo, 12 de agosto de 2012

Nunca como antes

El verano, caluroso, desinhibido y tranquilo. Para mí siempre dividido en dos partes, la primera llena de ganas de disfrutarlo y la segunda esperando impaciente que llegue su final. Un trampolín que te sube a lo más alto y un cuerpo que si no adopta la postura correcta impacta estrepitosamente con el agua quedando varado e impotente.
Pero éste está siendo diferente a pesar de que yo sigo siendo el mismo.Ya haré balance una vez se acabe, pero sin duda alguna no es el verano que esperaba y eso me gusta. La desidia y el hastío, sensaciones que cada vez llevo mejor, por que conozco mis posibilidades y acepto con más o menos gratitud aquello que me viene y no puedo evitar. Es una pena que mi situación económica no me permita más momentos de ocio, pero intento aprovechar el tiempo lo mejor que puedo, con la gente que quiero y haciendo cosas que me gustan.
Totalmente cargado de seguridad en mí mismo, cosa que echaba mucho en falta, y con la capacidad de afrontar situaciones difíciles aún sabiendo que llegarán otras a las que tenga que echar el resto. Muy estancado emocionalmente me sentía, pero ya es pasado. El tiempo ha cumplido su misión de apaciguar, me ha brindando el momento y lo he aprovechado. Quería volver a ser el de antes pero ahora soy mejor.

sábado, 11 de agosto de 2012

Tantas cosas

¡Cuántas posibles soluciones a un mismo error! Mil y una maneras de reaccionar, de actuar y de pensar, todas coexistiendo en el caos que se nos torna a veces este mundo. Infinidad de conflictos en todos los niveles: exteriores e interiores, colectivos e individuales, por culpa, miedo, despecho, codicia, soberbia y el más largo etcétera jamás visto. Cada cierto tiempo parece que la vida se encarga de ponerte en una situación incómoda de la cual intentamos salir lo más "airosos" posible sin pararnos a pensar que quizás tengamos que pasar por ella, para que ésta no se vuelva a repetir más.

Evita todo aquello que te disgusta parece ser la máxima en estos tiempos: evita y la solución llegará más tarde. Pero cuando aquello que te disgusta no es algo material e inerte, sino que son personas o más bien la manera de actuar de la persona en cuestión en determinadas situaciones, uno no puede mantenerse en el "evitar", aún menos cuando en tu vida son importantes o les guardas un cierto aprecio.

Los extremos siempre son malos, y tampoco debemos encerrarnos en la idea de que la amistad es para siempre. Podría apoyar esa afirmación si la enfocara en el sentido de: los momentos sumamente gratificantes que has vivido no se olvidan y si están en nuestro recuerdo está en algún lado... pero prefiero pensar que en mi íntimo circo de vida  y no ciclo -  porque a veces es más circo que ciclo - entrarán y, no saldrán, pero sí quedarán latentes los lazos que haya podido crear con otras personas, aunque no esté con ella de la misma manera que estuvimos cuando aquellos lazos se crearon.

Los sentimientos bajos con el tiempo se precipitan y terminan más bajos si cabe. Se regalan sonrisas, no moldes de éstas, a quienes queremos. Los problemas entre nosotros se valoran y se hablan porque de no ser así lo malo se acumula y salta por algún lado. Siendo transparente, demostrando tolerancia y con algunas que otras palabras salidas directamente de lo que se siente y piensa empezar de 0 no siempre significará empezar de la nada, porque ya habremos hecho mucho.