Pero ante la evidencia, evidenciada por las consecuencias, se resquebraja el alma reduciéndose y simplifándose a la sutil neblilla de los fuegos fatuos, que como diluida por tu alrededor deja entrever la sorpresa que siente tu corazón al encontrarse con tal verdad.
Inevitable es para mí caer en esa espiral de desolación cuyos vórtces me repiten constantemente lo que mis oídos no desean escuchar. Y no tan importante es el qué sino el cómo...¿Cómo? Descriptible en realidad no es.Quizás muchos rodeos para decir:
"Gocé con la sorpresa que me produjo escuchar de nuevo tu voz"