sábado, 27 de marzo de 2010

Reina

Escuchando a Bob Marley un maravilloso día de primavera en la que la luz del sol se adentra en tus pupilas de la misma forma que se desliza el jugo de una fruta jugosa por tu boca cuando la muerdes para colmarte de su dulzor. Una mañana apacible y apetecible, los tambores de Bob resuenan en el corazón, la magia te inunda, el pensamiento derrita la escarcha acumulada de días y días. El sol vuelve a brillar, su aspecto se me había olvidado... y es bonito. Por la mañana no te despiertas con el viento golpeando tu ventana, sino con el agradable cantar de la naturaleza. La ventana está abierta, mas nada malo ahora entra.

La música de repente se hace barco. Y navega y navega desde Jamaica hasta  España. Al llegar y soltar el ancla  cambia... Ahora es pausada y sentida, ha tomado un nuevo aire y se dispone a invadirnos por completo. Los dedos pulsan cada tecla del piano aprovechando hasta el más limpio movimiento para convertirlo en deleite de los oídos  Los colores empañan tus ojos, el alma se libera. El piano en manos de esta mujer te embruja, te agita, te desbarata, te eleva, te implora y te mece. La sensación de hueco se vació se hace amiga. Y así sin más esfuerzos, ella lo consigue, sólo porque sólo, valga la redundancia, ella puede hacerlo. Te deja la boca seca y se bebe tu esencia. Rosario Montoya, la Reina Giatana, pianista y humana, simpática y alocada. Una de las personas con las que más cómodo me encuentro. Hablar con ella resulta fácil y entretenido y te saca una sonrisa del modo más amable. Una buenísima persona y creadora de arte

jueves, 25 de marzo de 2010

Calle Jazmín

Por estas fechas, hace más o menos dos años, conocí a una persona un tanto peculiar. Paramos la moto en la puerta de su casa y ella salió. Era una persona bajita y lucía una enorme cabellera que si no recuerdo mal le llegaba hasta la altura de los riñones. No nos conocíamos de nada, pero al parecer le llamó mucho la atención la forma de mi pelo, decía que me parecía a Corbin, un actor de High School Musical que a ella le gustaba mucho (incluso cuando intercambiamos números de teléfono en lugar de poner mi nombre, puso Corbin 2) Esos meses frecuentamos su casa una cuantas veces y me fui llevando mejor con ella, sobretodo cuando vimos en la tele un especial de Beyonce y descubrimos que nuestros gustos musicales eran parecidos. Poco a poco nos fuimos conociendo y llevando mejor, pero de quién hoy voy a hablar no es de ella, no se merece tanto reconocimiento, (Sabes que te quiero) voy a hablar de dos personas que han convivido con ella desde que dio su primer paso y que tuve la oportunidad de conocer más adelante.
Una de esas personas es su tía Paqui. Su tía Paqui, padece una enfermedad desde que era pequeña. Si la memoria no me falla, creo que es degenerativa, y pensaréis... va a contar algo muy triste. Pues no. Paqui, debido a su enfermedad se encuentra en silla de ruedas y como toda persona que sufre algún tipo de invalidez, tiene que ser ayudada para ciertas cosas, pero a pesar de ello, se le ve una persona feliz...sí, así de simple. ¿Cómo una persona que ha estado toda su vida luchando contra lo que más tarde o más temprano tiene que llegar puede reflejar en su cara felicidad? Pues así es. Recuerdo un día, en el que estábamos Paqui y yo en el salón acompañados por una bolsa de chucherías. Su sobrina me dijo que le diera algunas, que a ella le gustaban. Pero claro, a todo el mundo no le gustan las mismas gomitas. Yo, sin saberlo, le di la que a mi parecer parecía más apetitosa. Cuando ella reconoció la gomita, hizo un gesto de desagrado e intentó decirme que no la quería, pero yo no la entendía, así que se la volví a ofrecer, ella giró la cara y entonces lo comprendí. Viendo el panorama, le mostré las gomitas que había en la bolsa y ella la eligió. No se me olvidará, cogió un corazón de dos colores que estaba espolvoreado en azúcar de esa que te deja un picor en la boca. Cuando la cogió, la partió cuidadosamente en dos pedazos y se lo comió. Y ahí me quedé yo, mirando cómo disfrutaba mientras se comía la gomita. Otro día que estuve en su casa, aluciné con la "trifulca" pacífica que tenían tía y sobrina... -¡Paqui que eres mu feaaa... orejonaa!- le decía su sobrina, y ella respondía -¡Tú si que eres fea Ana!- y reía y reía y reía. Así de repente ésto puede resultaros irrelevante, pero tened en cuenta que su vida no fue fácil. Son una de esas cosas que a mí me sacan una sonrisa.
La otra persona de la que voy a hablaros es de su madre. Voy a disfrutar hablando de ella, porque es una de esas personas que merece la pena conocer. Es una persona totalmente extrovertida, no tiene ningún reparo en mantener una conversación contigo y posee un lenguaje que le da a todo lo que dice una pincelada de humor andaluz despampanante, es de esas personas que tienen "ángel". Como bien dijo una amiga de Ana... "a esta muhe hay que hacerle un libro"y razón tenía. Una cosa que admiro mucho de ella es la gran relación que tiene con su hija. Cada vez que puede, hace saber a la persona con la que está hablando, lo agradecida que le está porque si no hubiera sido por ella no se hubiera atrevido a coger de nuevo el coche. Es una mujer muy honesta, sencilla... y buena gente.

domingo, 21 de marzo de 2010

Sin comerlo ni beberlo


Me desperté ayer un poco deslumbrado por la claridad que entraba por la ventana. Fue un día nublado, con temperaturas agradables, que no enfriaban, todo lo contrario, el viento era sospechosamente cálido y las nubes difuminaban la luz del sol y colmaban los cielos de un color gris. Llamaron a mi puerta y bajé para echar un rato bueno con mis amigos y luego subí a mi casa comí y me tomé un sobre para el dolor de cabeza... me dolía terriblemente, después dormí una larga siesta. Me llamaron de nuevo e hicieron que mi padre viniera a despertarme... y me despertó. Comencé a prepararme y bajamos de nuevo. Estuvimos en un parque, sentados en el césped... ¡Cuánto tiempo sin sentarnos en césped! Demasiada lluvia estos días. Charlamos y reímos. A las siete Almudena se tenia que empezar a preparar porque había quedado con unos amigos. Así que a esa hora recogió sus cosas y se fue. Cuando pasó un tiempo llamó al teléfono de Marta y me dijo que me pusiera en camino de su casa que estaba su hermana y tenía tiempo para hacer algo con mi pelo. De momento recogí las cosas y emprendí la marcha. Cuando llegamos, entramos en la habitación de Almudena y me senté en un cojín que había en el suelo cerca de la cama. En la cama estaba sentada la hermana con las piernas cruzadas...saludé y empezó a enredar. En unos quince o veinte minutos había terminado. La rasta estaba hecha.  
El proyecto R ha comenzado

viernes, 19 de marzo de 2010

Una vida entre otras muchas.

Una niña nació por aquellos tiempos en los que la gente no podía más que soñar y pocos eran los que tenían la valentía de enfrentarse a la realidad. Una niña que si hubiera tenido la oportunidad de estudiar, bien le hubiera sido merecido el título de "vividora de la vida". La niña creció con pocas amigas y poco a poco fue forjándose en ella un espíritu luchador que combinado con los años le dio la característica de distinguir lo verdaderamente importante de lo superfluo.

A una temprana edad conoció al que se iba a convertir en el hombre de su vida. Con él, aprendió lo que significaba la palabra amor y más tarde lo que era la palabra familia. Condicionada la mayor parte de su adolescencia por su incomprensible madre y pocas veces reconocido su sacrificio. Se casó una mañana de verano de una manera discreta y un vestido sencillo y tiempo después, dio a luz a su primer hijo.

Su vida parecía tranquila y normal cuando, de manera espontánea, se vio truncada por la enfermedad que le vino a aparecer a su niño cuando a penas tenía los dos años. Esa fue una de las aflicciones más grandes que su corazón sintió. Ella no sabía qué podía hacer para que su hijo se pusiera bueno y las expectativas  que los médicos le daban no eran nada alentadoras. Un día alguien, le hizo la fabulosa recomendación, la de visitar a unos médicos especialistas en lo que el niño padecía. Sin pensarlo acudió a esos médicos con la esperanza puesta en que le dieran mejores posibilidades de curar al niño.... y así fue. El único inconveniente fue que las mejoras tardarían...y efectivamente tardaron... dos años para ser exactos, dos largos años llenos de cuidados de compañía y de mil formas de distintas de sobrellevar el atropello del tiempo. Finalmente lo consiguió y su niño creció con normalidad.

Un tiempo más tarde, a su marido acudieron los demonios de la mente, esos demonios de los que algunos escapan gloriosos, otros no y sólo a algunos se les hacen las "visitas" más intermitentes. Otro golpe más a su delicado corazón. Otro golpe más dejando heridas abiertas que esperan ser llenadas de polvo y expectantes para aprovechar la más mínima ráfaga de viento que levante el polvo para así poder infligir dolor de nuevo. Un corazón con numerosas tiritas, sanando cada una de las heridas. Un corazón multiplicado por la mitad, y al mando de sus propio latidos, preparados para lo que todavía quedaba....

miércoles, 17 de marzo de 2010

Sonrisas

"Por una mirada un mundo, por una sonrisa, un cielo" decía Becquer. Un cielo entero para una sonrisa. ¿Qué significaría para Becquer una sonrisa? Un gesto tan simple tan natural y tan delicado. 
Una sonrisa aflora en los momentos mas inesperados de la vida. Una agradable conversación con los amigos o un chiste que apenas alcance la mediocridad. Una anciana sentada en el parque, pasando las horas muertas dándole de comer a las palomas mientras el maravilloso sol primaveral se cuela por cada arruga o los titubeantes pasos de un niño pequeño que comienza a andar haciendo un enorme esfuerzo para guardar el equilibrio y que grita desmesuradamente al llegar a los brazos de su madre. La satisfacción que produce un trabajo bien hecho o el recibimiento de la familia lejana. El esperado regalo de cumpleaños o ese saltito ridículo que damos cuando nos tropezamos mientras andamos. La ironía pícara del doble sentido o la mirada recíproca del ser amado. La tierna mirada de esos niños que viven en la pobreza y que sonríen deslumbrantemente cuando notan que una cámara les está grabando o la persona que le tiembla la voz cuando habla de algo íntimo y trascendente. Muchas cosas pueden hacer que la sonrisa acuda a posarse en nuestros labios y deje en nosotros esa agradable sensación, la sonrisa te reconforta y te hace sentir humano, nos ayuda a recordar que somo seres sensibles y como ya lo dijo Becquer, dediquémosle a la sonrisa... un cielo. 





domingo, 14 de marzo de 2010

Allá por junio

Camina lento e impreciso por el amarillento campo de trigo. Le acompaña un viento cálido que inunda el alma y levanta un poco el polvo del camino. Los aromas bailan en el aire entrecruzándose con sus destellos. Sonroja las mejillas de quienes osan pasearse abajo suya. Va calentando el agua que se sale del cauce del río. El mismo río en el que antaño veía cómo los niños se divertían chapoteando. Marca diariamente el comienzo del día y se esconde discretamente para dar paso a la penumbra. Desde allá en lo alto nos vigila con su ardiente mirada. En un rito anual, trabaja sin cesar intentando que la naturaleza brote y después de eso acaricia cada flor sacando de ellas el más dulce néctar. Se viste y desviste ante nosotros poniéndose como traje de despedida su camisa naranja. Permanente espectador de nuestras caídas, de nuestros sueños, de nuestro vuelo... Bastante tímido, pues deja en la mirada de quien se atreve a mirarlo una "nubecilla" un tanto molesta. Giramos y giramos constantemente alrededor de él para que no se quede fría una parte de nosotros. Nos eleva el color y aclara los cabellos. Cuando su poder se hace más perceptible, alentamos la esperada llegada de otra estación más. Aquella en la que nos libramos de los abrigos y dejamos ver nuestras pieles al natural. Aquella en la que el suelo arde bajo nosotros y en la que nuestro cuerpo implora agua. Nos seca la garganta a la vez que pone en nuestras mesas los frutos mas jugosos de todo el año.

El sol, fuente de equilibrio y bienestar para mí.

sábado, 13 de marzo de 2010

De profesión enseñar

"Es que el profesor me tiene manía" es la típica frase que alguna vez hemos dicho cuando un profesor o profesora no ns cae bien y es fruto de la inmadurez, de no reconocer que probablemente seamos nosotros el problema o de no darnos cuenta de que tenemos que ajustarnos a veces a la manera de enseñar de ciertos profesores. De todas formas, uno es lo suficientemente coherente como para darse cuenta de que los profesores desempeñan una función muy importante en nuestras vidas. Pocas veces nos planteamos que ellos también son personas y personas maravillosas además. A pesar de siempre intento tratar los temas de mis entradas de manera general, sin especificar mucho, me siento obligado ahora a destacar a algunos profesores que me han enseñado algo más a parte de la asignatura que daban. Demos un salto en el tiempo... Fernanda. Fue mi profesora de matemáticas en tercero y me enseñó lo que significaba estar motivado por algo. Recuerdo que me quedé a las puertas del diez por un detalle insignificante y a partir de ahí, me propuse sacarle en el siguiente examen un diez. Cuando le decía eso me miraba como diciendo "No creo que seas capaz", pero ella sabía que sí y así fue. No vaciló en decirme que le daba mucha lástima mi cambio de instituto. Ese mismo año Pilar Vilda, profesora de biología. Era una profesora de esas que se te quedan en el recuerdo para siempre. Tenía un carácter fuerte y aunque tuviera un tamaño reducido, había que pensarse muy bien enfrentarse a ella.Por otra parte adoraba sus clases, eran un reflejo del amor que sentía por la biología, rebosaba energía, era lo que se conoce por " un manojo de nervios". Recuerdo cuando se montó en una silla para dibujar la curva que hace la arteria Aorta al salir del corazón. Luego llegaron cambios. Otro nuevo instituto me recibía. En él cuajaron mis sentimientos más nobles, en él conocí verdaderamente la importancia de estudiar. En él conocí a Margarita. A decir verdad Margarita no es la típica profesora extrovertida, que todo el mundo recuerda por su gracia y desparpajo. Ella es sencilla,, humilde, tímida y muy muy profesional. Es una mujer muy organizada. Con ella también me propuse llega al diez y acrecentó mi amor por la biología. Sé que me tiene mucho cariño, a principio de este curso me recordó unas cuantas de veces que había cogido este primero de bachillerato principalmente porque yo se lo había pedido. Y sé que cuando lanza una pregunta a la clase tiene la seguridad de que probablemente yo sé contestarla, evidentemente a veces le fallo. Confía en mi. ¿Toca ahora habar de un hombre no? Son pocos los hombres profesores que yo destacaría, sin embargo, en 4º, mi tropiezo en el primer trimestre con una asignatura de letras hizo que conociera a Juan Luis. La gente me hablaba de Juan Luis como un un hombre serio, que merodeaba por los cuartos de baños y cogía a los niños fumando. Desgraciadamente disfruté de sus clases, sólo dos trimestres, pues en el primero los problemas me invadían la cabeza y fue Sociales de las primeras asignaturas que "abandoné". Después recuperé el ritmo y de un 2 pasé a un ocho. Juan Luis, no fue nuestro tutor, pero nos ayudó con cualquier problema que la clase tuviera. Estaba muy contento con nosotros y nosotros con él. El día de la graduación la mayor parte de los diplomas los dio él. Pilar Izquierdo, fue la profesora de matemáticas en cuarto y lo ha vuelto a ser en  bachillerato. Es una mujer alocada y olvidadiza, algunos dicen que está un poco loca, incluso ella misma lo dice, pero unas cuantas conversaciones con ella me han demostrado que a pesar de esa despreocupación aparente que refleja,es una personas con las cosas muy claras. Recuerdo cuando no encontraba las llaves de la taquilla y es que se le habían quedado pegadas en el imán de una calculadora que llevaba en el bolso. Y este año, que todavía no ha acabado, he podido conocer a otras dos mujeres maravillosas y aun hombre muy polifacético. Una es Adela, mi profesora de inglés. También es pequeñita como Pilar Vilda, le encanta hablar de fonética y tiene mucho afán en que aprendamos inglés y en que no seamos vagos.Se le ve una mujer trabajadora y sencilla y tiene ese desparpajo que caracteriza a los andaluces. Leer mucho inglés, ese es su lema. Destaco también a Silvia, ella imparte las clases de filosofía. Tiene un carácter que a mucha gente le echa para atrás. Sus palabras junto con su mirada fija, inamovible y penetrante, pueden hacer que te llenes de gozo cuando exalte una de tus contestaciones y puede dejarte en pañales como se te ocurra manifestar alguna falta de respeto o te atrevas a ser osado. A veces acojona, pero es magnífica.  Y por último Mario Benicio, es mi profesor de lengua. Es un hombre muy simpático. Sus clases son divertidas y es muy explicito. Recuerdo cuando criticaba a todo aquel que decía haber escuchado a un bebé decir mamá o papá. Ponía caras de asco haciendo referencia a que era imposible que un niño dijera papá o mamá ya que su aparato fonador no está desarrollado para eso. También es un hombre muy sensible, a veces cuando lee una poesía, se pasa la mano por el brazo con la intención de que los vellos vuelvan a su posición normal y después dice: ¿Qué queréis que haga?...¡No puedo evitarlo!

Me ha encantado escribir esto sobre algunos de los profesores que me han dado clase, me ha resultado muy divertido recordar esos momentos, aunque tengo que decir también que hay una profesora que ha sido, es y será, algo más que una profesora. La que algún día recibirá mis entradas impresas y encuadernadas

jueves, 11 de marzo de 2010

Momento de clase.

(Miércoles) Midiendo márgenes está mi compañera de clase. Tercera hora y la profesora de francés no ha venido ¡Qué suerte! Dos folios en la mesa anuncian lo que algunas personas iban a leer y a comentar. Esta patosa amiga mía, después de muchos años teniendo que escribir trabajos a mano, tiene algunas dificultades para enfrentarse al folio en blanco y prescindir de las lineas orientativas que utilizamos para no "doblarnos". Justo después de escribir estas palabras, Marta me enseño el folio con cada de "mira lo que me ha pasado" y vi que la quinta linea estaba un poco curva. No pude contenerme la carcajada y su voz mezclada con coraje y resiganción me dijo: ¡No vale! Luego se quedó mirando el folio y la curvatura de esa lineas. Nunca le ha gustado escribir a mano en folios por eso mismo, pero le he dicho que con el tiempo uno se acostumbra y al final no hace falta ni calcular el espacio de los márgenes, se vuelve algo sistemático- como dice el profesor de Física y Química-. Después de pasar a limpio lo que había escrito, su inconformismo habló por ella: ¡Qué corto me ha salido!... Marta lo que importa no es la cantidad si no la calidad. Y finalmente el timbre sonó y sus nervios se dispararon. La gente empezó a salir de la clase y en colo del brazo con el que ella escribe sobresalía un poco de la mesa. Entonces exclamó su grito de guerra: "El que me mueva...¡cobra!" Afortunadamente nadie la movió y pudo terminar su carta.

lunes, 8 de marzo de 2010

¡Peligro! Zona resbaladiza.

Tachando palabras ara no pensar en lo que significan, enganchado al bolígrafo como vía de escape, la realidad que tormentosa se cierne y se ciñe a mí, presionándome como a un bote de ketchup. Parece que de demonios de antaño se vuelven a adentrar por las heridas abiertas que ellos mismos dejaron cuando yo aún era pequeño. A veces da la impresión de que es algo hereditario. Yo ya me he encontrado con los míos propios, sé cómo son y el daño que me provocan. Y ahora, otros demonios que no son los míos me miran absortos cuando reina el silencio. La mente es algo abstracto y desconocido y cualquier alteración en ella, provoca que en nuestro recuerdo se hagan gritas, que envejezcamos prematuramente y en consecuencia tiñamos los días de gris cuando deberíamos pintarlos de colores vivos y alegres. Hace que nos encerremos en nosotros mismos con la mirada perdida y andando a ciegas por el desván de nuestra cordura. Me recuerdo a veces, en conversación con las parcas, esperando el despiste para robarles la tijera y ponerme en busca de mi hilo. Angustiosamente uno lo sabe sobrellevar y es consciente en el momento de lo que puede pasar y está en vigilancia constante por si cualquier desequilibrio, pero cuando el que lo sufre se encuentra fuera de ti mismo, es decir, no eres tu, el control se te escapa de las manos y la incertidumbre de saber cómo lo está sobrellevando te va calando poco a poco  se hace rara vez soportable. Sólo el tiempo determina el que lo malo huya de nuestro interior, pero ¿ Y si no hay tiempo? ¿ Y si los demonios han hurgado tanto en las heridas que han encontrado el hueco idóneo como para cobijarse y permanecer imperturbables? ¿ Y si el tiempo lo único que consigue es -en un intento de superarlo- cansarse y decidir no poner empeño para dar con la solución? Sólo cabe guardar la esperanza de que los "ocupas" que vacilan en el pestañeo impaciente del nerviosismo, decidan dejar de molestar y permitan que pronto lleguen las mañanas de domingo y puedas pasear por el parque con tu nieto.


"El ser humano es el único animal que piensa que no tiene depredadores, y como animal se equivoca" - Álvaro.

domingo, 7 de marzo de 2010

Rima XXV. Becquer

Cuando en la noche te envuelven 
las alas de tul del sueño
y tus tendidas pestañas
semejan arcos de ébano
por escuchar los latidos
de tu corazón inquieto
y reclinar tu dormida
cabeza en mi pecho,
diera, ala mía
cuanto poseo
¡la luz, el aire
y el pensamiento!

Cuando se clavan tus ojos 
en un invisible objeto
y tus labios ilumina
de una sonrisa el relfejo,
por leer sobre tu frente
el callado pensamiento
que pasa como la nube
del mar sobre el ancho espejo,
 diera, alma mía,
cuanto deseo
¡la fama, el oro
la gloria, el genio!

Cuando enmudece tu lengua
y se apresura tu aliento,
y tus mejillas se encienden
y entronas tus ojos negros,
por ver entre sus pestañas
brillar con húmedo fuego
la ardiente chispa que brota
del volcán de los deseos
diera, al mía,
por cuanto espero,
la fe, el espíritu,
la tierra, el cielo.




"Empecemos por el principio"


viernes, 5 de marzo de 2010

Has vuelto

Después de un tiempo un poco malita, tomando pastillas elaboradas con hierbajos- como yo digo- y hasta el coño de pruebas y de diagnósticos nada certeros. Después de casi cuatro meses con constantes dolores de espaldas y altibajos derivados del agobio que supone tener algo que no sabes exactamente qué es, después de visitas reiteradas a distintos médicos, has vuelto. Y aunque tu creas que no, las tres primera horas para mí han sido distintas. Han sido como volver otra vez al principio, el tener que esperarte a que llegaras de francés, el recreo, las risas en ese patio de columnas gigantescas. Sabía que te echaba de menos...pero no tanto.  El lunes, si puedes venir, vamos a hacer un cambio de sitio y te vas a poner al lado mía que hace mucho tiempo que no damos una clase así. Ojalá pronto te recuperes porque bastante tiempo considero cuatro meses sin la Almudena sana y activa de siempre.a pesar de ello admiro tu entereza para lidiar con tu problema, muchos a estas alturas estarían más hartos que tú. En fin Almudeni, que sepas que eres muy especial y que estoy deseando comenzar el proyecto R contigo.
Cruza los dedos. (yn)

jueves, 4 de marzo de 2010

Canjeando dinero por sitios para escribir.

Pensaba hoy de manera general el tema de la próxima entrada y tengo que confesar que no se me ocurrió nada. Inesperadamente, mientras estaba haciendo la tarea, una voz estimuló mis oídos, giré la cabeza y me sorprendí al ver a Almudena. Me dio la alegre noticia de que por fin el viernes iba a volver al colegio y me enseñó una especia de libreta pequeña que había comprado para dársela a una persona muy especial para ella a modo de diario. Rompió el plástico que la envolvía y quedé embelesado. Tenía unas piedrecitas rosas y brillantes que formaban un dibujo sobre una textura rugosa de otro color mas mate, mas no fue eso lo que me impulsó luego a comprar una... la abrió y vimos que las páginas eran de un color tostado, de mayor espesor que los folios normales y con una rugosidad que le daba un toque antiguo. Todos esos factores unidos a mi fascinación de estrenar un cuaderno y a que últimamente me invaden unas ganas de escribir locas, se me hicieron irresistibles, así que le pedí dinero a mi madre y ahí que fui con Almudena a comprarlo.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Inesperado

Su corazón lleno de mugre cambió el ritmo de sus latidos cuando recibió su llamada. Con voz apagada le pidió que fuera a su casa. Ella, extrañada, no se lo pensó un instante, cogió el paraguas, metió calcetines en el bolso por si se le mojaban los pies y emprendió el camino hacía su casa. Saltando charcos pudo llegar medio seca. Una vez en el porche, llamó al timbre dos veces y nadie le abría la puerta. Se encendió un cigarro para apaciguar la espera. Llovía fuerte y sus ánimos se estampaban contra el suelo igual que lo hacían las gotas que veía caer sin cesar. No tenía ninguna intención de salir ese día, sin embargo solo le hicieron falta unas palabras para romper eso que había dicho... y no le estaba sirviendo de nada. Justo en el momento en el que le dio la última calada al cigarro y preparaba el paraguas para abrirlo la puerta se abrió. Con la respiración agitada le pidió perdón por no haberle abierto la puerta, al parecer se estaba duchando. La invitó a pasar. Ella dejó el paraguas cerca de la puerta para que no se le olvidara. Se sentaron en el sofá a ver la tele. No paraba de preguntarse qué hacía allí, pero no se obsesionaba... el tenerlo al lado le era suficiente. Pasaron unos minutos interminables hasta que por fin salió un tema de conversación. Hablaron de cosas sin importancia hasta que volvió a reinar el silencio, esta vez mucho menos tiempo, pues ella se armó de valor y le preguntó por el motivo de su llamada. Él adoptó una postura menos relajada de la que tenía y miró al suelo. Ella se extrañaba ante esa actitud, nunca lo había visto así. Le puso la mano en el hombro y le preguntó si le pasaba algo. En ese momento él la miró y muy bajito le pidió que se quedara a dormir, que tenía algo muy importante que decirle. Llamó a sus padres para pedirles su consentimiento y finalmente se quedó. Comieron pizza, jugaron a la play y vieron vídeos de risa. Pero la noche no era eterna y las horas se precipitaban una detrás de otra sin aclarar qué era lo que pasaba. Ella no podía permitirse dormir sin hablar con él, así que intrépidamente buscó un papel y un bolígrafo y escribió lo siguiente: "Sé que te cuesta hablar las cosas, pero no hace falta que me digas nada más, ayer te vi comprando las pizzas que nos hemos comido hoy y alquilando el videojuego, también sé que no te habías acabado de duchar te vi llegar en la moto, aparte de todo eso, vi tu sombra por debajo de la puerta dando vueltas de un lado para otro, asomándote repetidamente para ver si me iba ", dejó el papel encima del teclado y cuando él llegó siguieron hablando como si nada. De repente se percató de la nota y empezó a leer. Una sonrisa le iluminó la cara, se acercó a ella y la besó. 

El besó produjo en ellos la paz esperada, la lluvia parecía querer entrar en la habitación y fundirse con ellos. La miel que de cada uno de los labios brotaba era adictiva, había algo que los unía. La noche desencadenó lo inevitable. Las manos se deslizaron deliberadamente, la ropa sobraba, las miradas se cruzaban sin pudor alguno. El calor de los cuerpos inundaba todo, el sonido de la lluvia bailaba con el de la respiración, los relámpagos iluminaban esporadicamente los cuerpos en ebullición. Él le agarraba fuertemente los muslos, dejaba caer la mano desde el cuello hasta el ombligo, ella hincaba las uñas en su espalda, respiraba cerca de su oreja y lamía delicadamente su cuello.  Las sábanas acariciaban los cuerpos desnudos a la vez que mantenía encerrado al deseo. Un sin fin de sensaciones quedaron grabadas a fuego en cada uno.

Ese fue el comienzo...

martes, 2 de marzo de 2010

Reencuentro

La mañana era apacible y el aire estaba teñido de calor. Las 12:00 era la hora a la que habíamos quedado. La idea de volver a encontrarnos después de tantos años, era algo que no me apetecía, después pensé que había quienes no se veían desde hacía seis años, también había quien se había visto el día anterior, pero podría ser bonito un reencuentro. A las doce - como se había dicho- diez personas estábamos allí... Sí, no éramos todos, en este tipo de eventos siempre hay alguien que se raja. Recorrimos las calles recordando momentos de cuando pequeño, varios dijimos que parecía que íbamos de excursión, pero esta vez no había profesores, esta vez el día era nuestro. Nuestros corazones se llenaron de recuerdos de risas y de nostalgia.

lunes, 1 de marzo de 2010

Antes de leer (play)

Empapemos las telarañas de besos, amemos el dolor siempre que este decida estar presente, hagámonos su amigo o su amante, vamos a seducirle hasta que nos cambiemos los papeles, en ese momento sentiremos como nos hace cosquillas en la barriga y estaremos seguros de que esta todo bajo control. Hagámonos inmateriales de tal modo que los bombardeos constantes de nuestro alrededor nos atraviesen como si nada, sin dar lugar a dolor, sin más pesar que el ya de nacer nos viene impuesto. Fundámonos solo con lo natural, despreciando todo tipo de mal intención y odio. Traicionemos a la traición misma y superemos los obstáculos derivados de lo más despreciable del ser humano.